08 abril, 2008

De mis fobias I


Las odio. De sólo escucharlas nombrar, un escalofrío me recorre por todo el cuerpo, finalizando en mi boca con una especie de arcada.
Son lo peor que me pasó en los últimos 23 años. No se cómo ni cuándo nació éste, el mayor odio de mi vida. Pero lo que sí es seguro, es que llegó para quedarse hasta el último de mis días.
Son repugnantes. Por donde se las perciba.
Su color es repugnante. Ese marrón cucaracha. No se lo puede asociar con nada más; es único. Es el marrón cucaracha. Asqueroso.
Su forma es repugnante. con esas alitas color cucaracha transparente, que agitan y se te acercann...con esas patas ....con los ojos, con la cara, con todoooo

Stop necesito aire. Me hacen mal.

Volví, ya estoy un poco mejor.

Lo mas repugnante es el ruidito que hacen cuando se las pisa. Indescriptible. No quiero ni pensar en el liquidito marrón que sale. En serio me hacen mal.
Cuando era chiquita, me subía a la mesa y gritaba hasta que iba alguien y las mataba. Podía llorar tranquila. Ahora, si hago eso soy una pavota. Como si por ser grande no sufriera lo mismo, o peor.
Nunca les voy a encontrar nada bueno.
Una vez tuve que enfrentarme con un batallón de cucarachitas bebés, y la verdad que no me provocó la más mínima ternura. Miles de infelicitas, una al lado de la otra, tras su señora madre. Nunca lo voy a olvidar. LA imagen familiar mas desagradable de toda mi vida. Las odio.
Nunca podría matarlas. Y sin embargo una vez lo hice.
No, no la pisé. Con la mano. Sí, me la quise sacar de encima y la maté. NO mas detalles por favor. No sé cuántos días estuve sin dormir, fue una experiencia muy traumática. En serio, me hacen mal.
Me acuerdo que en la casa del barrio, había una parte del techo que era machimbrado, con esas manchitas que parecen cucarachas. Siempre tenía miedo de que haya una camuflada que de pronto salte y me haga parar el corazón. Es que me hacen mal, en serio.
Por el resumidero del baño aparecían. No necesariamente, pero si muchas veces. De allí salió la familia, por ejemplo. Ahora me acuerdo bien, la familia eran 3 cucarachas grandes y el ejército de cucarachitas. La mamá, el papá, y el abuelo quizás. Qué carajo me importa, las odio. Lo cierto es que desde ese entonces, cada vez que me siento en el inodoro lo hago con una leve inclinación hacia la derecha, como quien relojea el resumidero. Es que es en serio, me hicieron y me hacen muy mal.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

ya se como mantenerte alejada jsjsj
soy tatà, tu idolo

Gustavo Llabra dijo...

Buenasssss!!!!!!!!!
No podía estar ausente en semejante acontecimiento.

Quiero desearte la mejor de las suertes en este emprendimiento y ojalá que te sirva para aprender mucho mucho mucho.

TOdo el apoyo making up ense! jaja
Besitos y éxitos!!!
Gus. -

Lorena Tapia Garzón dijo...

Noooo! El relato es tremendo!! Y exacto a la vez... Las cucarachas son mi fobia también, lo peor que me pasó en la vida. Hasta cuando sueño: me persigue la muerte en forma de cucaracha!! No tolero verlas, ni matarlas, ni escuchar como las matan, ni barrerlas desde lejos, nada! Todavía, de grande, pego el grito para que alguien venga a salvarme. El problema es cuando estoy sola. Entonces me voy, y la dejo a la muy cabrona dueña y señora de mis cosas.
Lindo blog (sacá esa foto nomás). Saludos!